Consulado de Honduras en Washington
Cónsul | Roberto Alexander Martinez Castellanos |
---|---|
Dirección | 1990 M Street NW, Suite No. 104 Washington DC 20036 Estados Unidos |
Teléfono | local: internacional: |
Fax | local: internacional: |
info@ |
Cónsul | Roberto Alexander Martinez Castellanos |
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Comentarios acerca de esta Consulado
quiero saber cuando van a trabajar en el consulado hondureño en washignton DC , ya que he estado yendo a la Direccion de la m st, y alli ni siquiera la nieve de las gradas han quitado, que vergunenza da caramba, decir que somos hondureños con un servicio pesimo, que se esta dando ak, yo no se porque sacaron al consul anterior por que aquel si quiera trabajaba, pero una vez mas dan a conocer el atajo de muertos de hambre que son lo que se dedican atrabaja rpara el gobierno hondureño que lo que les importa es el puesto , pero no lo saben desempeñar. a trabajar huevones, que ak uno va a sacar su pasaporte y solo a perder su tiempo , y a agastar gasolina en valde porque no estan sirviendo al pueblo araganes. por eso es que estamos entre los paises mas pobres del itsmo.
Washington, DC 20001 pepe preocupese mas por eso deje de andar illendo a ver alas nenas de club fuego
nesecitamos los pasaportes que pasa pepe lobo
ya quiero viajar por fabor dijanme cuando abren y sus horarios porque el telefono nunca lo contestan.
Adiós Mel Zelaya.
Con lágrimas de hombre te veo partir, montado sobre tu dignidad y acompañado de tu sombrero ranchero. Muchos nada sabían de ti hasta tu derrocamiento. Posiblemente un Presidente más. Pero que ejemplo haz dado; el poder de las oligarquías dominantes, unidas al imperio, fraguaron la más inesperada conspiración: la concertación de todos los poderes del Estado en contra del proceso democrático liberal que permitiría un mayor bienestar para el pueblo. Ejercito, legisladores, jueces, fiscales, miembros eclesiásticos, opositores, todos coludidos para traicionar la democracia y la institucionalidad. No importan los principios, no importan los derechos que antaño juraron respetar, no importa la brutalidad ni el salvajismo que adopte la represión ni la profundidad y extensión que adopte el atropello a los derechos fundamentales del hombre.
Pero tu respuesta digna, Mel, ha sido un ejemplo. No es fácil contener la ira del observador, menos la del protagonista de tales atropellos y atrocidades. Te ayudó tu carácter. Fuiste capaz de contenerte y de contenerlos. Optaste siempre por la vía pacífica. Pudiendo elegir otro camino, regresaste a la patria. Hiciste claridad en la oscuridad: todos los procesos tienen sus judas. Despertaste conciencias. Fuiste una advertencia para los pueblos progresistas; lo inesperado, ya no es inesperado. Alineaste a las vanguardias de la Indo-Afro-América y del mundo. La traición no paga. Nadie los reconoció. Ganaron el Gobierno, pero el golpismo fue desenmascarado.
Recuerdo nuestro diálogo en Chile; mi Carta de Bienvenida y tu respuesta junto al Monumento a Salvador Allende: "Estoy aquí muy agradecido por el respaldo chileno, ustedes han conocido las dictaduras y sé que las condenan","hoy quisiera expresar, frente a la figura de Salvador Allende, mi admiración y mis respetos. Gracias a esta sociedad chilena por esa Carta, porque algún día las grandes Alamedas se abrirán para que recorra el hombre libre".
Como le expresáramos anteriormente, creemos en la existencia de ciertos derechos humanos que deben respetarse a todo trance, bajo cualquier circunstancia y nada puede justificar su inobservancia. La humanidad, después de miles de años de evolución, historia, convivencia, guerras, desórdenes, cultura, civilización, ha convenido en un catálogo contentivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y ese instrumento se yergue como el punto más excelso en la existencia de la Humanidad y llama a los hombres que creen en la justicia a ir tras aquellos que la han quebrantado. No importa el tiempo que trascurra. No importan las distancias, las investiduras ni las nacionalidades. No queremos ni podemos dejar de ejercer justicia. No es nuestro resorte. Se trata de derechos anteriores y superiores al Estado. Iremos tras ellos donde quieran que se encuentren. Sin animo de venganza, sino anteponiendo la Justicia por sobre todas las cosas. Adiós querido amigo, se que regresarás
Un fraternal y solidario abrazo.
Salud, agitación, resistencia, cambio, reconstrucción, justicia.
Cordialmente.
Ciudadano Ramón Henríquez Conejeros
C.I. 6.378-634-9, Chile.
Asesor Legal.
Dom Av. Pedro Montt, 1391, Santiago, Chile.
RHConejeros@Gmail.com
Comité de Solidaridad con el Pueblo y Gobierno de Honduras.
Santiago de Chile,
Se adhiere a la misiva el
Comité de Solidaridad con el Pueblo y Gobierno de Honduras.
Universidad Bolivariana de Venezuela
Ciudad Bolívar
República Bolivariana de Venezuela.
Profesor Fernando Henríquez C.
JcantaClaro@Gmail.com
Adiós Mel Zelaya.
Con lágrimas de hombre te veo partir, montado sobre tu dignidad y acompañado de tu sombrero ranchero. Muchos nada sabían de ti hasta tu derrocamiento. Posiblemente un Presidente más. Pero que ejemplo haz dado; el poder de las oligarquías dominantes, unidas al imperio, fraguaron la más inesperada conspiración: la concertación de todos los poderes del Estado en contra del proceso democrático liberal que permitiría un mayor bienestar para el pueblo. Ejercito, legisladores, jueces, fiscales, miembros eclesiásticos, opositores, todos coludidos para traicionar la democracia y la institucionalidad. No importan los principios, no importan los derechos que antaño juraron respetar, no importa la brutalidad ni el salvajismo que adopte la represión ni la profundidad y extensión que adopte el atropello a los derechos fundamentales del hombre.
Pero tu respuesta digna, Mel, ha sido un ejemplo. No es fácil contener la ira del observador, menos la del protagonista de tales atropellos y atrocidades. Te ayudó tu carácter. Fuiste capaz de contenerte y de contenerlos. Optaste siempre por la vía pacífica. Pudiendo elegir otro camino, regresaste a la patria. Hiciste claridad en la oscuridad: todos los procesos tienen sus judas. Despertaste conciencias. Fuiste una advertencia para los pueblos progresistas; lo inesperado, ya no es inesperado. Alineaste a las vanguardias de la Indo-Afro-América y del mundo. La traición no paga. Nadie los reconoció. Ganaron el Gobierno, pero el golpismo fue desenmascarado.
Recuerdo nuestro diálogo en Chile; mi Carta de Bienvenida y tu respuesta junto al Monumento a Salvador Allende: "Estoy aquí muy agradecido por el respaldo chileno, ustedes han conocido las dictaduras y sé que las condenan","hoy quisiera expresar, frente a la figura de Salvador Allende, mi admiración y mis respetos. Gracias a esta sociedad chilena por esa Carta, porque algún día las grandes Alamedas se abrirán para que recorra el hombre libre".
Como le expresáramos anteriormente, creemos en la existencia de ciertos derechos humanos que deben respetarse a todo trance, bajo cualquier circunstancia y nada puede justificar su inobservancia. La humanidad, después de miles de años de evolución, historia, convivencia, guerras, desórdenes, cultura, civilización, ha convenido en un catálogo contentivo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y ese instrumento se yergue como el punto más excelso en la existencia de la Humanidad y llama a los hombres que creen en la justicia a ir tras aquellos que la han quebrantado. No importa el tiempo que trascurra. No importan las distancias, las investiduras ni las nacionalidades. No queremos ni podemos dejar de ejercer justicia. No es nuestro resorte. Se trata de derechos anteriores y superiores al Estado. Iremos tras ellos donde quieran que se encuentren. Sin animo de venganza, sino anteponiendo la Justicia por sobre todas las cosas. Adiós querido amigo, se que regresarás
Un fraternal y solidario abrazo.
Salud, agitación, resistencia, cambio, reconstrucción, justicia.
Cordialmente.
Ciudadano Ramón Henríquez Conejeros
C.I. 6.378-634-9, Chile.
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Santiago de Chile,
Se adhiere a la misiva el
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Profesor Fernando Henríquez C.
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